Las ventajas económicas, sociales y en términos de eficiencia energética que proporciona la rehabilitación de un edificio son cada vez más reconocidas por las comunidades de vecinos.
Al amparo de la Ley 8/2013, sobre la rehabilitación, regeneración y renovación urbanas; se ha ido potenciando la recuperación y eliminando las trabas existentes creando mecanismos específicos que han hecho cada vez más viable poder afrontar una reforma. Sin embargo, la financiación puede ser una de las principales barreras cuando se prevé acometer este tipo de obras en un edificio y es que tradicionalmente, el crédito ha estado muy restringido porque las entidades financieras asumían un riesgo bastante elevado por la falta de personalidad jurídica de las comunidades de vecinos, algo que se ha revertido con la ley, que estableció un marco normativo idóneo para permitirlo.
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